Lavado
Mi amigo Bill comentó que Gerardo, un conocido suyo, había estado «muy lejos de Dios por mucho tiempo». Un día, Bill le explicó que Dios, en su amor, había provisto el camino para que fuéramos salvos, y Gerardo creyó en Jesús. Se arrepintió de su pecado y le entregó su vida a Cristo. Cuando Bill le preguntó cómo se sentía, le respondió mientras se secaba las lágrimas: «Lavado».
Acercarse
Cuando apareció el coronavirus, sacar algo de mi caja de seguridad en el banco requería más protocolo que antes. Tenía que reservar un turno, llamar cuando llegaba para que me permitieran entrar, mostrar mi identificación y esperar ser escoltada hasta la caja fuerte. Una vez adentro, las puertas se cerraban hasta que buscaba en la caja lo que necesitaba. Si no seguía las instrucciones, no podía entrar.
Esperanza genuina
A principios de la década de 1960, los estadounidenses preveían un futuro brillante. El joven presidente John F. Kennedy había presentado la Nueva Frontera, el Cuerpo de Paz y la tarea de llegar a la luna. Una economía floreciente hizo que muchos esperaran que el futuro fuera simplemente «disfrutar de la vida». Luego, se desató la guerra en Vietnam, Kennedy fue asesinado, y las normas aceptadas de esa sociedad anteriormente optimista se desmantelaron. No alcanzó con el optimismo; prevaleció la desilusión.
Resolver los desacuerdos
La red social Twitter creó una plataforma donde la gente de todo el mundo expresaba sus opiniones en breves segmentos de sonido. Sin embargo, en los últimos años, esta fórmula se ha vuelto más completa a medida que los individuos comenzaron a usarla como una herramienta para reprender a otros por sus actitudes y estilos de vida con los que disienten. Ingresa a la plataforma y encontrarás el nombre de, al menos, una persona que es «tendencia». Clica sobre ese nombre, y verás que millones de personas opinan sobre cualquier controversia que haya surgido.
Volver a las bases
Pareciera que las resoluciones están hechas para romperlas. Algunas personas ponen humor a esta realidad al proponer promesas para el nuevo año que son —por así decir— realizables. Por ejemplo: saludar a los otros conductores en los semáforos; anotarse en una maratón y no correrla; dejar de posponer cosas… mañana; perderse sin que Siri nos ayude, etcétera.
Fe resiliente
Las dunas que crecían junto a la ribera del Lago Silver hacían que las casas cercanas corrieran el riesgo de hundirse en la arena. Aunque los residentes trataban de mover los montículos en un esfuerzo por proteger sus hogares, observaban desesperados cómo sus casas bien construidas quedaban sepultadas delante de sus ojos. Cuando un oficial local vio que limpiaban una cabaña recientemente destruida, afirmó que el proceso no podría haberse evitado. Por más que los dueños de las casas intentaran evadir los peligros de estos terraplenes inestables, las dunas no brindaban un cimiento firme.
Cuando el amor nunca termina
«Cada vez que mi abuelo me llevaba a la playa —recuerda Sandra—, se sacaba el reloj y lo guardaba. Un día, le pregunté por qué lo hacía. Él sonrió y contestó: “Porque quiero que sepas cuánto me importa estar contigo. Solo quiero disfrutar de ti y dejar que el tiempo pase”».
El efecto del nuevo comienzo
Cuando Brenda cumplió 30 años, estaba triste por seguir empleada en un trabajo de ventas que nunca le gustó. Decidió que era hora de no posponer más el asunto y buscar una profesión nueva. La noche de fin de año, David se encontró mirándose al espejo y prometiendo que el próximo año bajaría de peso. Y Santiago, frustrado porque sus ataques de ira no cesaban, prometió que el mes siguiente se esforzaría para cambiar.
El Verbo y un nuevo año
Michellan enfrentaba desafíos mientras crecía en las Filipinas, pero siempre amó las palabras y encontraba consuelo en ellas. Un día, cuando asistía a la universidad, leyó el primer capítulo del Evangelio de Juan, y su «corazón de piedra se sacudió». Sintió como que alguien le decía: «Sí, tú amas las palabras, y adivina qué. Hay un Verbo eterno, Uno que […] puede disipar la oscuridad, ahora y siempre. Un Verbo que tomó forma de carne. Un Verbo que puede amarte».